Buenas! Copio y pego lo que hice de la primera parte de la actividad 1, viene de a tandas lo mío jaja. Lo copio y pego porque no sé bien como subirlo por acá.
El cuerpo es la confluencia de los discursos de una cultura que se reflejan en la carne: «Vivir consiste en reducir continuamente el mundo al cuerpo, a través de lo simbólico que este encarna» (Le Breton, 2002, p. 7). Es así, que cada sociedad construye sus propias creencias y normas que legitimen el cuerpo, las que pueden ser cuestionadas o no comprendidas en otra. Es decir, los cambios que se perciben de un país a otro, de una región a otra, son sucesiones que la sociedad ha consensuado para los usos del cuerpo. Esto se profundiza cuando la brecha de la intervención de los sistemas reguladores es mayor en tal o cual sociedad. Por ejemplo, para otras sociedades, además de no reconocer el concepto de persona, el cuerpo no está apartado de la naturaleza como tal. Le Breton expone claramente lo que quiero postular con respecto a estas, lo ejemplifica con los canacos, «Los canacos no conciben el cuerpo como una forma y materia aisladas del mundo: el cuerpo participa por completo de una naturaleza que, al mismo tiempo, lo asimila y lo cubre» (2002, p. 17). Claramente, la cultura occidental no apunta a estas nociones de cuerpo y naturaleza prácticamente indivisibles cuando la nombra, es por eso que esta relación puede variar, todo dependerá del lenguaje, en el que la cultura está subsumida.
Esto es válido para la historicidad del cuerpo, para comprender los cambios que han surgido durante las distintas épocas. Que la concepción de baño haya mutado desde las termas griegas y romanas a la privacidad necesaria de hoy en día, tiene que ver con la evolución de los límites del cuerpo. En estos se expresan las “necesidades” de las personas sobre la intimidad y la reserva, hoy en día se puede catalogar las termas antiguas como una fuente de enfermedades, además de promover el uso de limpieza diaria a diferencia de las duchas ocasionales de la Edad Media. Por otro lado, despreciar los desechos también tiene que ver con aspectos higiénicos que llegan al punto de convertirlos en tabú, mantenerlos lejos y negarlos. La mugre es lo más desagradable y es necesario alejarlo del cuerpo. La sociedad le da al cuerpo sus condiciones de ser a partir de representaciones que surgen de los consensos acerca de las configuraciones de este y sus posibilidades respecto a las cosas:
«Las representaciones del cuerpo y los saberes acerca del cuerpo son tributarios de un estado social, de una visión del mundo y, dentro de esta última, de una definición de la persona. El cuerpo es una construcción simbólica, no una realidad en sí misma. De ahí la miríada de representaciones que buscan darle un sentido y su carácter heróclito, insólito, contradictorio, de una sociedad a otra» (2002, p. 13-14).
Buen finde!